sábado, 28 de enero de 2012

MIEDO

Estos son momentos, en los que hablo conmigo misma. Me pregunto y me respondo,soy la única interlocutora por lo tanto siempre acabo de acuerdo con mis reflexiones. A veces va bien ja ja
La primera de estas reflexiones, trata del miedo
El miedo que hemos tenido durante muchos años a todo y el  miedo o mejor dicho el no miedo a nada de hoy en día.
El "no miedo" a probar sustancias nocivas que nos pueden provocar la muerte.
El "no miedo" a tomar precauciones que tenemos a nuestro alcance para evitar un embarazo no deseado o una enfermedad que pueda costarnos la vida.
El "no miedo" a derrochar de una manera desmesurada gastando innecesariamente sin saber lo que el día de mañana nos depara.
El "no miedo" a producir basuras, sin darnos cuenta que algún día regresarán como un bumerán y ya no habrá solución.
  El "no miedo" a seguir creando armas de guerras cada vez más peligrosas.
El "no miedo" a cambiar los ciclos naturales del planeta, sin pensar en las terribles consecuencias.
Le estamos perdiendo el miedo a todo.
Parece ser que hoy "todo vale".Hemos pasado de la opresión  a veces al libertinaje
Del temor al policía (con frecuencia abusaban de su poder) hemos pasado al puro cachondeo.
De tratar de defender nuestras pertenencias o nuestra integridad física  ante ladrones o criminales, hemos pasado al miedo a darle un mal golpe y seamos nosotros los que demos con los huesos en la cárcel.Parece ser que el criminal o ladrón tiene más derecho a delinquir que la gente de bien a defenderse.
Los alumnos a veces son los que imponen sus normas mediante chantaje emocional e incluso físico;hemos pasado del palmotazo a la desvergüenza y la falta de respeto.
De tener las manos atadas a todo vale.Creo que no se puede pasar de Don Juan a Juanillo.
Tenemos derechos pero también deberes.
Escuchamos con frecuencia a las fuerzas del orden "para qué apresarlos si entra por una puerta y salen por la otra".Quizás tengan razón en que habrá que revisar las leyes, pero señor mío usted está ahí para cumplir su cometido que para eso le pagamos con nuestros impuestos.
Concluyendo con esto del miedo, creo que todo tiene que tener un término medio, no podemos pasar de la represión al libertinaje porque acabaremos otra vez en la represión.
En sus épocas adolescentes, mis hijos me decían que eramos demasiado controladores, a sus amigos les dejaban hacer esto y aquello.
Hoy me alegro de haberles controlado y me siento orgullosos de ellos al ver que saben respetar a sus semejantes y son personas responsables

María

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